Larry Gibson: un exobradorista que lo está pasando mal

Un artículo del periodista Javier Ortiz me ha permitido conocer el paradero de Larry Gibson, un pívot norteamericano que militó en el Feiraco Obradoiro durante parte de la segunda vuelta de la temporada 1986-87. Gibson no solo tiene un hueco en la historia del Obra por un notable registro estadístico en puntos y rebotes. También lo tiene por haberle lanzado una silla al entonces presidente del club, Carlos Calvo, en el viejo pabellón de Sar. Pero lo que hiela la sangre es comprobar cómo el infortunio se ha cebado con él, como cuenta Ortiz en su muy recomendable artículo.

GIBSON_OBRA
 Larry Gibson (13) jugó su último partido con el Obradoiro
en Guadalajara, en mayo de 1987 (Foto: Clásicos del Basket&Music)

Gibson llegó a Santiago para sustituir a Bobby Wallace en un Obradoiro que peleaba por el ascenso a la ACB. Pero aquella Primera B se parecía muy poco a la actual LEB en intensidad, calidad y competitividad, pese a que el número de extranjeros se limitaba a dos por equipo. Era una categoría tremendamente dura y lo de dar el salto de categoría a la élite no era desde luego una empresa sencilla. Por eso el Obra apostó por Gibson a mitad de temporada para sustituir a uno de sus dos norteamericanos. Para el equipo santiagués no era un desconocido.

¿Quién era Larry Gibson? Cuando el Obra lo fichó procedente de Israel (del Maccabi Ramat Gan, en el que promedió 25 puntos por partido) tenía buenas referencias. Era una apuesta menos arriesgada de lo habitual en aquella época, porque la temporada anterior había militado en ACB con el Magia de Huesca y a finales de los 70 en el Estudiantes, cuando todavía no existía la ACB. Por eso en Santiago ya se sabía que Gibson era un pivot de 2,05, fiable, con facilidad para anotar y para rebotear. Y no solo eso: en España todavía estaba fresca su memorable actuación en el tercer y decisivo partido del play-out de descenso que jugaron los oscenses contra el Cajamadrid. Ese día se convirtió en leyenda del Peñas Huesca gracias a sus 35 puntos y 11 rebotes, que sirvieron para que el Magia se quedase en ACB y mandase a la Primera B a los madrileños.

GIBSON_huesca
Durante su etapa en el Peñas Huesca, donde fue un héroe
(Foto: Espacio Liga Endesa, de Gigantes)

El único problema que tuvo Gibson cuando llegó a Santiago es que ya superaba los 30 años y físicamente estaba lejos de su mejor momento. El entonces presidente del Obradoiro, Carlos Calvo, lo explicaba recientemente en el número 4 de la revista SCQ Basket: «Venía fuera de forma. Parece ser que su mujer era la única que lo centraba, pero Gibson llegó a mitad de temporada y vino solo». No obstante Gibson tenía algo distinto a la mayoría de pivots americanos que jugaban en España: era capaz de jugar también en la posición de 3. De hecho, en Huesca llegaron a jugar con un triple poste formado por Gibson, Wallace Bryant y el exobradoirista Joan Pagés.

PRESENTACION GIBSON
Gibson y el presidente Carlos Calvo, el día de su presentación
(Foto: recorte de El Correo Gallego)

Larry Gibson fue presentado como jugador del Obradoiro el 11 de marzo de 1987. Los dos meses que estaría en Santiago le iban a costar al club un mínimo de dos millones de pesetas, que serían más (hasta 2,5 millones) si el Obra conseguía sus objetivos.

Su estado físico no fue impedimento para que nuestro protagonista consiguiese grandes números durante los 10 partidos que defendió la camiseta del Obradoiro. Gibson promedió más de 23 puntos por encuentro, y en algunos partidos se ganó el sobresaliente, como los jugados frente al Ordenadores APD de Mataró (37 puntos) o contra el Choleck Lliria (33). Sobre el parqué del viejo Sar se comprobó como formaba una pareja fantástica con Bill Collins: entre ambos promediaron casi 50 puntos por partido.

gibson y bill obrapedia
Larry Gibson (izq) y Bill Collins, en un Obra-Caja de Ronda
(Foto: Recorte ECG)

El Obradoiro completó un buen expediente en aquella temporada 86-87, con un baloncesto vistoso y alegre en el que superó una media de 93 puntos por partido. Pero no hubo el premio del ascenso. Al acabar la temporada se montó un buen follón entre la Federación y los clubes, que acusaban a la FEB de haberles prometido tres ascensos a la ACB que al final se convirtieron en dos. El Obra tenía plaza para luchar por dar el salto, pero no hubo play-off y la cosa acabó ahí. Y Gibson se marchó.

Lo curioso del asunto es que Larry hizo las maletas y fichó por el Andorra en la temporada siguiente, la 87-88. Y como la vida da muchas vueltas, Gibson acabó convirtiéndose en verdugo del Obradoiro. Andorra y Obra tuvieron que verse las caras en un dramático play-out para evitar el descenso a Segunda División. Los santiagueses tenían el factor cancha a favor pero el equipo del Principado terminó enviando al pozo al Obra aquel mes de mayo de 1988, con Gibson ajusticiando a su exequipo, especialmente en Sar.

MARYLAND, MADRID Y SOBRE TODO ITALIA

Lo cierto es que el Gibson que jugó en el Obradoiro era un jugador en la fase final de una carrera que tuvo especial incidencia en Italia, como tantos otros jugadores de la época. Es más, su recorrido vital recuerda mucho al de Bill Collins, que también hizo carrera en la competición italiana (en los 80 era un baloncesto tanto o más potente que el español) antes de desembarcar en España.

GIBSON_maryland
En su época universitaria en Maryland

En Italia jugó al menos entre 1980 y 1983 en tres equipos de la A2: El Dorado de Roma, el Latertini de Roma y el Rapident Livorno. En todas las temporadas promedió más de 20 puntos por partido y fue la referencia ofensiva del equipo, aunque especialmente brillante fue la primera, en la que llegó a 26 puntos y 13 rebotes. No era un pivot cualquiera, vaya.

Lo que sí me ha llamado la atención es que antes de su aventura italiana Larry Gibson ya había jugado en España. Lo hizo en el Estudiantes en la temporada 1979-80, nada más salir de la universidad. Incluso he leído por ahí que fue el primer jugador negro en la historia del club del Ramiro. También jugó en Holanda (ganó la liga con el Den Bosch) y antes tuvo su brillante paso por la Universidad de Maryland. Con los Terrapins de Maryland (una especie de tortuga) estuvo entre 1975 y 1979, y fue líder del equipo durante tres temporadas en rebotes y tapones. Por eso es uno de los 25 jugadores más importantes de la historia de la Universidad, motivo por el que fue homenajeado.

GIBSON_HOMENAJE
El día que fue homenajeado por su universidad

LA DESGRACIA

Pero la vida actual de Gibson está marcada por la desgracia, que no es la primera que afecta a jugadores de la Universidad de Maryland. En este centro académico también se formó Len Bias, aquel famoso jugador que falleció tras esnifar cocaína pocos días despues de ser elegido número 2 en el draft por los Celtics. Lo de Larry no es tan grave, pero también llena de tristeza al conocer lo que contó el periódico Baltimore Sun en un reportaje en 2011.

Larry Gibson sufrió un gravísimo accidente de coche en 2004. «En la noche de Halloween de 2004 estrelló su vehículo contra un árbol. Paradójicamente, aquel día había pedido matrimonio a su actual esposa, Delores Hicks, que viajaba con él en el coche. Ella no sufrió daños, pero él sí. Y no se ha recuperado de ellos. Gibson se fracturó cinco costillas y estuvo inconsciente durante varios días, ‘entubado’. Cuando despertó, la vida pasó a ser muy distinta. Tras despertar, únicamente movió los ojos durante tres semanas. Y poco a poco fue respondiendo a estímulos, generando una esperanza que no ha terminado de culminar», relata Javier Ortiz en su artículo.

GIBSON_FAMILIA
Con su mujer y su camiseta universitaria
(Foto: Baltimore Sun)

Gibson sufre desde entonces abulia, un mal «más relacionado con lo psicológico que significa que no tiene ganas de absolutamente nada. Falta de voluntad. El tratamiento con antidepresivos impide que se hunda más todavía. Su forma de hablar es lenta de forma crónica y no puede valerse por sí mismo». Una situación difícil de comprender para un jugador con una carrera profesional notable, que fue héroe en su universidad y que llegó a sr drafteado en 3ª ronda por los Bucks. Cuenta Ortiz que «el amor de Delores y el recuerdo de la época en la que jugaba al baloncesto es lo que le está salvando la vida».

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Crea un blog o un sitio web gratuitos con WordPress.com.

Subir ↑

A %d blogueros les gusta esto: